Soy Aida Valladares, actriz asturiana desde… bueno, en realidad creo que desde siempre.. de niña, mis juegos siempre surgían alrededor de la actuación: interpretando escenas inventadas, repitiendo las que había visto en el cine o en la TV, cantando y bailando frente al espejo o “dirigiendo” mis propias escenas con mis muñecos, pero fue con el grupo de teatro del instituto, cuando el gusanillo se volvió mariposa y empecé a entender qué era aquello que siempre había estado en mi interior.
Tras estudiar arte dramático en Madrid, esa mariposa desplegó sus alas y desde entonces vuelo entre los aires de Madrid y Asturias, en todos los vuelos he tenido la suerte de rodearme de grandes docentes, directores/as y compañeras/os con los que sigo aprendiendo a ser parte de este engranaje, como la sístole del corazón: a penas imperceptible pero cumpliendo su labor para que haya vida.
Actuar es comprometerme, implicarme, mostrarme al mundo, ofrecer mis emociones, mi verdad y el más profundo respeto. Actuar forma parte de mi esencia y no me reconocería si no me emocionara con los grandes textos, si no vibrara al leer un nuevo guion o libreto, no sería yo si no sintiera esos nervios antes de salir a escena, o de oír la palabra “acción”, si no bailaran mis pies con cada nota… No sé en qué momento decidí ser actriz lo que sí sé, es que lo soy porque a mí este mundo sólo, no me basta.
Ya me he subido al “fingido y doloroso mundo de las tablas” y no me puedo (ni quiero) bajar.